El libro tibetano de los muertos (Bardo Thodol) es uno de los libros más extraños y fascinantes de la cultura tibetana y que, debido a sus características, merece un espacio dentro de nuestra Biblioteca Oculta.
El Bardo Thodol es una guía, una especie de manual de instrucciones, con la curiosidad de que sus consejos están dirigidos a los moribundos y a los muertos.
Para la cultura tibetana -riquísima en conceptos sobre la espiritualidad- la muerte dura 49 días. Cabe la aclaración de que no se trata de la muerte como nosotros la conocemos, sino más bien de una etapa de transición. Este pasaje -Bardo, en tibetano, que significa Estado intermedio- es extremadamente peligroso para el espíritu recién desencarnado; quien está sometido a una profunda confusión, algo comprensible si imaginamos lo duro que debe ser despertarse sin órganos. El Bardo Thodol -una secuencia de oraciones que los vivos deben recitar junto al cadáver- funciona como una guía, un faro que penetra en el universo etéreo de los espíritus, recordándoles las enseñanzas que adquirieron durante la vida, y haciéndoles saber que no están solos.
Este concepto -Antarabhāva- proviene de la India, con su bellísimo idioma sánscrito, el cual permite toda clase de flexibilidades gramaticales.
El Libro tibetano de los muertos está dividido en tres partes:
Estado transitorio del momento de la muerte.
Estado transitorio de la realidad.
Estado transitorio de la reencarnación.
La primera parte describe la muerte, la segunda los momentos posteriores al fallecimiento, y la tercera, tal vez la más densa, expone las cuestiones previas a la reencarnación, incluida la generación de los instintos.
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